MI EXPERIENCIA CON LA MALARIA
Una vez hemos pasado la prueba de la malaria, ya la cuarta. Usas mosquitero, manga larga al atardecer, evitas los charcos y desperdicios alrededor de la casa, a veces incluso insecticidas, aceite de citronela y hasta albahaca, pero da igual, al final en época de lluvia tarde o temprano caemos.
Desde que te pica el mosquito hasta que empiezas a notar los síntomas son unas dos semanas…un día empiezas a notarte mas cansada, y los músculos empiezan a agarrotarse, hasta que estalla, las piernas, los brazos, la espalda te duelen como si hubieras corrido la maratón, la cabeza te pesa y el dolor se asemeja a esos días en los que el cielo no se decide a desatar la tormenta y, mientras, nos castiga con esa presión en el ambiente. Ya intuimos la malaria, pero aun así nos resistimos a creerlo y no vamos al hospital hasta que una noche la fiebre hace su aparición y a veces los temblores.
Una vez en el hospital empieza el tratamiento y si lo has cogido a tiempo solo te darán las pastillas de quinina y unos paracetamoles, si no, la misma quinina intravenosa, nolotil para el dolor, algún suero de glucosa y vitaminas….durante todo el tratamiento sigues notando unos dolores de cabeza que cada vez van a mas…las articulaciones te duelen tanto que te gustaría arrancarte las rodillas, a todo esto se suman los efectos secundarios de la quinina perdida de audición acompañada de un horrible y continuo zumbido lo que provoca mareos y perdida de equilibrio, y por supuesto nauseas.
Un calvario, de verdad. Mientras intentas salir del paso las nauseas te impiden comer y la enfermedad se esta cebando con tus glóbulos rojos, así que cada vez mas débil cuando logras superar la prueba has perdido unos cuantos kilos y tus niveles de hierro están por los suelos.
Esta es mi experiencia, de mas esta decir que la mayoría pasa la malaria en casa como pueden y los que van al hospital no pueden acceder ni a suero de glucosa ni vitaminas ni nada, además sus niveles de hierro por la escasa alimentación ya están bastante bajos con lo que tras o durante la malaria les viene la anemia y, sobre todo en niños, la muerte.
Una vez recuperada mando todos mis besos de hoy a Lidia que ha decidido que cuando sea mayor quiere ser…alta. A ver si hay suerte viene pronto la jodida vacuna y los niños de aquí pueden llegar a mayores aunque sean bajitos.
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