Lowani Malawi

lunes, abril 28, 2008

La experiencia de Eva

Mtengo Wa Ntenga

Querida Miriam, un día fui tras tus huellas, por aquel órdago que me tiraste el día de tu partida, Ese día ya me llenó que me invitaras a tu despedida, nunca me pareció que yo fuera importante en tu vida, como para compartir tu sueño y despedirme, cosa que en mi estancia allí y al volver de Malawi, sentí dentro de mi corazón, mil veces más te daré las gracias por ello y claro sabrás que espero acompañar tu vida, aunque como el Guadiana todo el tiempo que nos dejen vivir en ella.

Ya en Madrid y después de tu vuelta de Iruña, me sentí compañera de viaje, de un viaje del que no quiero olvidar nada. Me pareció que fuera algo que había hecho siempre, viajar contigo y andar a tu lado, observar esa tranquilidad y paz con la que te refieres al mundo. Y así fue, me lo enseñaste y me mostrarte TU VIDA, no hay mayor regalo para mí, amiga.

Sin dormir y con tu gente (Frank, Timale…que maja), la que nos vino a buscar al aeropuerto, en ese país donde la luz es más luz y el cielo está más cerca, llegamos a tu casa , una habitación donde te ronqueteé , ji ji las primeras noches, mis ojos se abrían todo lo que podía para no perderme nada, callada, entre cansada y excitada, oí en Inglés, unas frases que no entendí, en esa Iglesia de hospital, pensando, si mi madre sabe que tengo que irme a África para ir a misa, me mata. Hicimos risas. Ya a la salida Tímale, bailaba por la calle hasta llegar a un pequeño convite, la música me hizo reaccionar y supe que estaba en un lugar maravilloso. Tus niños, que vi un poco antes de esto, miraban con ojos grandes y asustados por mi color, me enseñaron, sobre todo Chifundo , una niña de la que me enamoré, a ser fuerte y te juro que en cada problema de aquí, no paro de nombrarla, el día que desapareció con su madre, fue el único que lloré allí, con su paz, y la respiración lenta por su enfermedad, me miró varias mañanas, sin parpadear, sentada al sol, miró a su mamá y le pidió agua, sorbió unas gotas y siguió, su esperar, quizás hacia la vida o nó. Pero en mi corazón esa niña y mis vivencias tienen un sitio preferente. Hubo más, alguno con dificultades que no pudieron superar, que Nines ayudó con ese ímpetu y coraje.

En el hospital, aprendí lo que es la enfermedad, el mal de este mundo. De las mujeres TODO, de las abuelas más, desde aquí te digo que tu tiempo allí con esos proyectos, forman parte de mi pensamiento también.

Verdaderamente, se ve que dos generaciones se perdieron por el sida y esos abuelos, se dedican a sus 8 nietos, Al dar el paseo de la tarde, nos acercamos a verlos, aunque tu no querías, pues sabías que nos iban a dar lo que tuvieran, y ellos lo necesitaban más que nosotras, pero andando hacia allí, uno de los nietos te vio y no paró de correr hasta avisar a su abuelo e invitarnos, a lo que tuvieran, ellos no pararon de darme la mano y decir tu nombre todo el rato, enseñándome lo que habías hecho por ellos. Volvimos otro día y vi, el huerto la casa y tú promesa de escolarizar a dos de ellos por lo menos, todo ello conseguido por ti, y tu ojo, para poner tu trabajo y visión en esos que lo necesitan y responden... porque en todos los sitios cuecen habas.

Me gustaba, levantarme contigo prontito y hacernos el té, ir a ver a tus niños y oírte trabajar, y saludar a Nines cuando me venía a ver, las dos veces que te pude ayudar con eso del ordenador. Te cuento, resulta que yo no tenía ni idea como ya sabes, ni de Inglés ni del Office, lo del Inglés fue total, pues hasta que nos aprendimos en Chichewa Nines y yo los saludos, nos partíamos de risa, queriendo que nadie nos saludara, claro imposible estando a tu lado, pues eres conocida en todo el país, y como el saludo es individual, y depende de la hora del día y las veces que los has visto o conoces, el follón era total y se partían con nosotras.

En cuanto al ordenador, cuando te ayudé a hacer esa hojita de Access y empecé a meter datos, me di cuenta que eran unas fichas de tus niños, con nombre, pesos, vacunas…. y al final , resultados..., medicinas…tal y tal y…… en tres de ellos tuve que poner DEAD, la cosa se me ponía clara, sabía donde estaba, “ en un hospital, en tu proyecto de ayuda , en la vida real, no eran unas vacaciones, a la vieja usanza, ni tu trabajo tampoco. “Eva reacciona, me dije”

Y entre tanto, los mangos (mangolandia, bauticé a Malawi) deliciosos y nuestra visita a la capital, también me puso en cuenta de las realidades. Abusos, machismo, copia del mal modelo occidental y tú siempre luchando, con ellos, algunos vagos y aprovechados, que por ser blanco (asungu), debas de ser rico.

Ya ves, ríete, tu allí sin sueldo, 24 h de dedicación, viajes y vuelos pagados con tu esfuerzo, y de vez en cuando aparece gente por allí, pagados por no se que insensatos a hacer NADA.

Como me revienta.

En este intervalo, sigo pensando en muchas cosas más del viaje, así que te mando una segunda entrega, que ya tengo a medias.

Te quiero tol rato.

Mu