Lowani Malawi

sábado, abril 28, 2007

Una vez más

Antes de nada quiero aclarar que cuando os cuento cosas, la mayor parte de las veces me refiero a la zona centro de Malawi, de la tribu de los chewa (donde se habla chichewa), que es donde yo vivo. Hay muchas tradiciones que no son compartidas en el norte o en el sur y algunas de las que se leen en los libros y que en sus páginas hacen extensivas a todo el país, los chewa ni las han oído mencionar. Éste es un país pequeño pero lleno de diferencias, igual que ocurre con el Estado Español, donde tradiciones y modos de vida nada tienen que ver de unas regiones a otras.

Después de esta "nota de prensa"... jejjeje... os diré lo más importante que me ha pasado ultimamente: ¡¡¡SOY TIA!!! Casi cuatro kg con cesárea y mi hermano y cuñada han decidido llamar a la nena Lidia, con los votos en contra de mi abuela y el mío propio, pero qué se le va a hacer. ¡¡¡FELICIDADES!!!

Apenas unos días después de conocer la noticia, tuve que llevar de urgencia a una señora a una cesárea a la capi. Una vez allí aparco la ambulancia, cojo una camilla y llevo a la señora directamente a la sala de partos (aquella cuya puerta se cayó hace tiempo...) Siempre es la misma dinámica, aunque esta vez, nada más cruzar la puerta, una doctora y dos enfermeras estaban sacando a un bebé. Esa noche me llamaron la atención varias cosas: Una es que de siete personas que estábamos trabajando en la sala en ese momento, cuatro éramos europeas y, de las siete, seis mujeres. La otra es que todos los partos que había visto hasta ahora eran en mi pequeño hospital, con sala de partos para dos y allí, en cambio, estaba asistiendo a un parto en una sala donde gritaban, sudaban, cantaban... veinte pacientes, en un sitio sin puerta donde los acompañantes, aunque se les suele pedir que no entren, van y vienen con platos de comida y otras cosas.........Y junto a la parturienta, con esa falta de intimidad, un par de cubos de plástico, unos de ellos con una etiqueta que decía "placenta". Me lavé las manos en el único lavabo de la sala en compañía de nuestras amigas las cucarachas, pero cuando salía, me acordé de otro detalle: nada más extraer al bebé, lo primero que hizo la doctora fue ponerlo sobre el estómago de la madre. En esa postura, y mientras la madre lo abrazaba, le cortaron el cordón umbilical y algunos minutos despues lo cogieron para lavarlo... Me pareció una de las cosas más tiernas que he visto.

Iba a contaros más cosas de la familia pero lo dejo para otra, que hoy no hay tiempo.
Os quiero tol rato.